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Trauma, sueño y escape.

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Si tiene dificultades para dormir después de una experiencia traumática, no está solo.

Casi todos los sobrevivientes de traumas experimentan algún tipo de problema de sueño, como insomnio. Pero para aproximadamente la mitad a tres cuartas partes de las personas, son los sueños vívidos los que dificultan el sueño profundo y abren las puertas de la consciencia a un camino por inventar.

El trauma es el mayor combustible para el arte de todos los tiempos y los sueños son una estrategia de escape.

Experimentar un trauma colectivo como la pandemia de 2020 impulsa la creación artística hacia nuevos horizontes. El impacto en el imaginario colectivo, a través de la activación de sueños, delirios y experiencias oníricas, abre puertas para escapar de una condición que nos es impuesta a todos.

La secuencia de estas tres palabras —trauma, sueño y escape— forma la línea narrativa que buscamos en las obras de los artistas para esta Bienal.

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