El fotógrafo aymara Damián Ayma Zepita recorrió el altiplano boliviano, capturando décadas decisivas de la historia del país. El período posterior a la Guerra del Chaco, con la Revolución Nacional (1952) y el Golpe de Estado (1964), tuvo un fuerte impacto en las poblaciones indígenas y en el trabajo de campesinos y mineros, personajes recurrentes en su obra. Ayma documentó festividades populares en diversos pueblos rurales. Gracias a su trabajo, hoy podemos ver disfraces, máscaras, representaciones y bailes de los carnavales, festivales religiosos y celebraciones de la cosecha de mediados del siglo XX en la región. Como un auténtico antropólogo visual, viajó de pueblo en pueblo por los Andes durante casi cincuenta años, produciendo imágenes. La intimidad que demuestran sus modelos revela la confianza que el artista inspiró no solo por su conocimiento de las culturas quechua y aymara, sino también al demostrar, a través de su conexión con sus orígenes, que la fotografía fue su contribución al ayni, un término que, en dichas culturas, se refiere a las nociones de reciprocidad y mutualismo entre los pueblos andinos.
Anelise De Carli
Damián Ayma Zepita (Bolivia, 1921-1999) fue un talentoso fotógrafo y etnógrafo reconocido por sus contribuciones a la documentación de las culturas andinas. Ayma Zepita utilizó su lente para capturar las prácticas culturales, las festividades y la dinámica cotidiana de las comunidades andinas y los diversos entornos en los que vivió. Su colección, ahora preservada por el Museo Nacional de Etnografía y Folklore (MUSEF), comprende más de 18.000 fotografías que retratan la vida y las costumbres de las comunidades andinas y mineras.